Esta
es otra historia de la vida real.
¡Ciomo!
Ay, aloh.
Taca,
taca,
tu no eras la que no podía viajar conmigo.
Taca,
taca,
tu no eras la que sacaba miles de excusas.
Que tu papá y que era pesado y tu mamá nerviosa se ponía.
Si tu salías a medianoche o a cualquier hora del día.
Y yo inocente te creía.
Cada una de tus mentiras, que tontería.
Y sigue como la veleta.
Taca,
taca,
tu,
que yo no voy a estar dándome más mala vida.
Que la razón siempre la tenían tus amigas y sañeras.
Que a ti te llevan por el desorden,
pero parece que se te olvida que aquí en la vida,
tarde o temprano te pasaba pastura por mi dolor.
Y sigue como la veleta.
Taca, taca, tu, que taca, tu,
por mi bahía y me pasé todo el ron del valle.
Y tu a mí me mostrabas la faceta de niña juiciosa.
Y mira cómo es la vida de curiosa.
Al final de cuentas me mentía.
Mala gente, mala gente.
Y sigue como la veleta.
Taca, taca, tu.
Sisaya pero callaya.
Que vaina pero.
Que tristeza.
Taca, taca, tu.
Ay, hombre, mira lo que tú te has convertido.
Ay, hombre.
Y yo que siempre te traté como princesa.
Baja, me sirvió eso.
Pero la mona
aunque se evita de esa edad, mona se queda.
Y tú recuerda que aquí en el valle,
entre
los combos todo se sabe.
Y quedaste bien reseñada.
Que la pelusa te quedó en pañales.
La rara irá.
Y sigue como la veleta.
Taca, taca, tu, que taca, tu.
Que yo no voy a estar
dándome más mala vida.
Que la razón siempre la tenían tus amigas y sañeras.
Que a ti
te llevan por el desorden.
Pero parece que se te olvida que aquí en la vida,
tarde o temprano te
pasas a facturar por mi dolor.
Y sigue como la veleta.
Taca, taca, tu, que taca, tu.
Por mi valle
me base todo el ron del valle.
Y tú a mí me mostrabas la faceta de niña juiciosa.
Y mira
cómo es la vida de curiosa.
Al final de cuentas me mentía.
Mala gente, mala gente.
Y sigue como la veleta.
Taca, taca, tu, ya está bueno, hombre.
¡Oye, repítelo otra vez!