Ah...
Ah...
Ah...
Igual a la flaca,
coral nero de la Habana,
tremendísima mulata,
cien libras de piel y beso,
cuarenta kilos de salsa
y en la cara dos soles que sin palabras hablan,
que sin palabras hablan.
La flaca duerme de día,
dice que así el hambre gana
y cuando cae la noche baja a bailar a la
tasca y bailar y bailar y tomar y tomar
una cerveza tras otra,
pero ella nunca engorda, no, no,
pero ella nunca engorda, no, yeah
por un beso de la flaca yo daría lo que fuera,
por un beso de ella aunque solo uno fuera,
por un beso de la flaca yo daría lo que fuera,
pero aunque solo uno fuera,
aunque solo uno
fuera.
Mojé mis zonas blancas, como dice la canción,
recordando las caricias que me brindó el
primer día y en lo que escudé aún hasta
dormir a su ladito y por Dios que esta flaca
tiene loquitos,
oh,
oh,
oh,
oh,
yeah,
por un beso de la flaca yo daría lo que fuera,
por un beso de ella aunque solo uno fuera,
por un beso de la flaca yo daría lo que fuera,
aunque solo
uno fuera,
aunque solo uno fuera,
aunque solo uno fuera,
aunque solo uno fuera,
aunque solo uno fuera,
aunque solo uno fuera,
aunque solo uno fuera,