Se lo digo por la noche, le repito en la mañana,
pero Bianchi no se entera,
es más sorda que una tapia,
a comer le da lo mismo,
a ella todo le da igual,
hará un pulpo con patatas o un enorme
calamar.
Un verano la cuadrilla la llevó hasta Portugal
y en Lisboa con un luso se enrolló en la
cátedra.
La Bianchona, la Bianchona,
salió pitando de Barcelona,
la Bianchona, la Bianchona,
va enfurecida como una mona,
yo no sé si vino desde Marbella como una ola,
o llegó
de Cádiz entre rumores de caracola,
de caracola,
de caracola,
no es de San Fernando que no,
que no, entre fue en Girola.
Destrozada y acabada se marchó hasta la Argentina
y un tanguista la chulea y la deja en una
esquina.
Por la noche con la luna Bianchi se pone
cachonda y va recorriendo calle para
hacerse alguna ronda,
si la dejas 30 euros para que pueda pagar,
puedes despedirte de
ellos que no los vas a ver más.
La Bianchona, la Bianchona,
salió pitando de Barcelona,
la Bianchona, la Bianchona,
va enfurecida como una mona,
yo no sé si vino desde Marbella como una ola,
o llegó de Cádiz entre rumores de caracola,
de caracola,
de caracola,
no es de San Fernando que no,
que no,
que entre fue en Girola.
La Bianchona, la Bianchona,
salió pitando de Barcelona,
la Bianchona, la Bianchona,
va enfurecida como una mona,
yo no sé si vino desde Marbella como una ola,
o llegó de Cádiz entre rumores de caracola,
de caracola,
de caracola,
no es de San Fernando que no,
que entre fue en Girola.
De caracola, de caracola,
no es de San Fernando que no,
que no,
que entre fue en Girola.
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