Junto a mi edad,
me vengo a enamorar de ti.
Y eso, compadre,
romántico,
pero el estilo de los rancheros de Río Maules,
¿no?
Ayayayay,
a vacilar, a vacilar.
Justo a mi edad, me vengo a enamorar.
Justo después de haber sufrido tanto,
tengo el temor aún de viejos llantos,
el miedo absurdo de una derroca más.
Justo a mi edad, me vengo a enamorar.
Cuando ya estoy pisando en el ocaso,
sí,
padre, soy de todos mis fracasos,
porque me arriesgo contigo una vez más.
Tengo el temor de que tus años nuevos
un día me griten que no me quieren más.
Tengo el temor de no seguirte el vuelo
y que tus alas te dejen de mirar.
Tengo el temor de que tus años nuevos
un día me griten que no me quieres más.
Tengo el temor de no seguirte el vuelo
y que tus alas te dejen de mirar.
Mi amor,
¿quién te sotra?
Para conquistar cada vez más tu corazoncito,
mi amor.
Ay,
monita.
Así, así,
así.
Sabor, sabor, sabor, sabor, sabor.
Justo a mi edad, me vengo a enamorar.
Loca ilusión de los cuarenta y tantos,
un miedo atroz por ti me va ganando.
Loca ilusión, saper a ciegos blancos.
Tengo el temor de que tus años nuevos
un día me griten que no me quieres más.
Tengo el temor de no seguirte el vuelo
y que tus alas te dejen de mirar.
Acobardado de tantos desengaños,
a veces en vida no quiero despertar.
Por Dios te pido que nunca me hagas daño,
porque si lo haces no me levanto más.
Y se va,
se va,
se va,
se va,
se va,
se va la cumbia.
Al ritmo de los rancheros de Río Moble.
Así, así, así.