Yo,
yo,
oh.
Estoy solo on the dolo, donuts y pizza,
sueño con fajo de pasta,
mi dulce vida a slow-mo.
Todo pasa deprisa con tu zorra encima,
manchando mi capilla,
rotan bajo el perro el sano,
Luciano,
Christopher Maldisanti,
ay, mi madre, suena crujiente, crocante.
Busca a Cristo en mi pecho brillante,
deja que Dios te hable.
Estoy loco,
pa' lo que he visto lo estoy poco,
humillo a tu ídolo,
le doy la mano
y un bocadillo al que duerme entre cartones
y me subo a Lamborghini y Mucielago.
Yo duermo tranquilo,
lo más enfermo que has escuchado en castellano,
primo.
Moro perdidos,
escupo y haz un clásico,
sube el volumen,
Kiko,
desde Miranda para el mundo.
Santigua, David, recogiendo tu equipo.
No me quieres, no te quiero, quinta de medio,
pistola, culos, trenes y tinta de vidrio.
Esto va en serio, ojos en vidrio, no necesito
ni dolineas pa' dejarte fuera de juego.
Chimpón, te veo, pero no te creo y no bromeo
ni ando con rodeos.
Tú no tienes clase como la hora del recreo.
¿Quién vas a llamar manín si se pone pero?
No te confundas ni una pizca, venimos de abajo,
vivimos arriba.
Llegó el jibarito, vigila que viva.
Un jarro de agua fría, sin nada
lo hicimos todos.
Hora de sacar el rap de la guardería.
Pero, ¿y antes tú dónde estabas?
Recuerdo tus puñaladas en la espalda.
Tengo demasiadas espinas clavadas.
Chupa cabras,
tono de música, pavacaras y guaras, barras.