Seguimos avanzando aquí,
su amigo Moisés Maldonado,
con los botesones bien helados,
seguimos remojando la garganta viejo,
o no compa Julio,
ira viejón,
pásame uno,
no
andes tomando solo.
Y esta cancioncita que viene a continuación es un correíto,
eso
es de antaño,
un correíto viejo,
que tiene mucho significado para mí,
ya que esta canción
me recuerda mucho a mi abuelo,
mi farino,
que se encuentra en el cielo,
que en paz descanse
el viejo,
de un caballo que me regaló,
el milagro,
por cierto,
así se llamaba.
Ya iba,
y es el Julio.
Cuando murió tu padre,
al azar de mis amores,
ya venía ese camino y muy pronto venía la
luz.
Cuando lloré por eso a tu recuerdo,
al azar mío,
eras un lindo estampa de tu misma nobleza,
y el mismo corazón de todo a todo igual que tú.
Cuando ibas a nacer yo presentía otra desgracia,
tu madre llegó a final, para irte se murió,
y yo la miré sufrir y otra vez lloré mis lágrimas,
y tú muy chiquitito,
quedaste huerfanito,
también sin padre y madre en el mundo igual que el boy.
Llevaré tu recuerdo muy dentro de mi pecho,
el día que el destino me marque mi final,
pero me iré contento,
porque después de muerto te seguiré queriendo mi huérfano al azar.
Y ya fuimos dos huérfanos,
pero bien afortunados.
Dos huérfanos sin rumbo,
ambos fuimos en la vida,
tuvimos amistad la más sincera, la más leal,
ganamos mucha plata,
mucha droga y mucha envidia,
a tus hermosas patas, con invisibles balas,
esperando mi orden, como siempre, para ganar.
Llevaré tu recuerdo muy dentro de mi pecho,
el día que el destino me marque mi final,
pero me iré contento,
porque después de muerto te seguiré queriendo mi huérfano al azar.
Ahí estamos,
mi huérfano al azar, el milagrón.
Quizá que los Fatimos vamos a sellarlo, hombre.