Madre hoy no me levanto, no quiero ir a la escuela¿Qué estás diciendo, mi niño? Dios santo, ¿de qué te niegas?Ayer Pedro, el del alcalde, me llamó hijo de rameraLa madre queda pensando en recuerdos y en vergüenzasSabía qué pasaría, lo sabía, qué problemaHijo, debo contarte una historia que pasó hace unos años muy cercaEn un pueblo junto a este hubo una hermosa doncellaQue tenía quince años y una belleza muy frescaSe bañaba junto al río en el rincón de la albercaUn día tres tipos llegan para sin ser vistos verlaSe excitan ante esa flor rebosante de purezaY entre los tres y a la fuerza destruyeron en la niñaLa más grande de sus prendasY de aquel salvaje acto, lleno de horror y violenciaSaliste tú, mi buen niño, para alegrar mi tristezaSolo viví para ti, no me entregué, fue a la fuerzaY si eso es una ramera, que venga Dios y lo veaVete a la escuela, mi niño, pero vete sin vergüenzasCon la cabeza bien alta y su vidito a la aceraSi madre, voy a la escuela, y si a Pedro se le ocurreLe escupiré en la caraMadre, muchas gracias por ser una madre entera