Glorioso pueblo llanero de leyenda y tradiciones, por medio de sus canciones ha logrado dibujar la belleza singular de sus bonitos paisajes, con joropos y pasajes que enaltecen la llanura, resaltando la cultura de esta tierra bendecida.
Hoy en forma merecida nombraré a unos juglares que han llevado a mil lugares mi lindo folclore llanero, maestro José Romero, Juan Navarro y Juan Urzola, Ángel Custodio Loyola, Tigre de Mazaguarito, el Carrao de Palmarito, gran clarín de la llanura, la elegancia y sabrosura de Neas Ferdón Ocarrillo.
Julio Miranda, sencillo, con poesía natural, el coplero sin rival, Montoya José Francisco, Juan del Campo y Juan Chiquito con voces sentimentales, Eloy y Nelson Morales, precios y buenos copleros, José Silva el del tranquero y el pollito de Orichuna, y de manera fortuna esto sí que los festejo.
Simón Díaz, caballo viejo, que le dio vuelta al planeta, Reinaldo Armas, gran poeta, el general de la canta, José Alí Nieves resalta la resiedumbre del llano.
Dicharachero y Baquiano, don Damaso Figueredo, y se arrestea con denuedo cada vez que le conviene, el gran Cristóbal Jiménez con temas apetecidos.
También Dionisio Guerrido, Carlos de Julio Pantoja, junto con Santiago Rojas, Jorge Fernando Guerrero, el pasaje sabanero con su melodía que agrada, el cubiro Luis Lozada y Luis Silva de Varinas, en este lote se afina don José Lecate y de Cárdenas.
Con el cazador novato del poema Lo Mejor, hay que admirar el sabor de don Antonio Castillo, Adilia con su galillo, nos llena de alegría y luz, para que llegue en un bus cantando Euclides Leal, coplero sentimental don Juan Fernando Farfán, señor Antonia Volcán con Lady Lara y Cristina.
Y Arizmendi de Varinas, resalto a Eladio Tarín, su pluma es una recife que amalgama poesía y romance en la lejanía, canta Pedro Emilio Sánchez, para que el verso se ensanche agradable y sin reparo, Pedro F. Sosa Caro, otro grande entre los grandes.
Para un dolor en el pecho Jesús Moreno y Quintero, ellos fueron los pioneros con canciones de despecho, el joropo relansino me emociona y me cautiva, añoro a Luis Quinitiba, lástima que se marchó, Alfonso Niño y Vigo, El Cholo y Tilso Delgado,
han bregado en todos lados para que el joropo perdure, Monroy y Dumar Aljure, Lorigio y Villamil, señores, Nancy Vargas y Hilda Flores, se destacan con empeño y Walter Silva Elporeño, se encuentran los mejores.
Los copleros de la Arauca, Caporal David Baral, que les primió a los guarales los auténticos guapazos, los hermanos Lizarazo tienen el alma llanera, y una artista de primera entre tipla y bordoneo, se llama Mario Tineo, que sabroso bordonea.
Una musa se pasea por la llanura sin fin, es Miguel Ángel Martín con su hermosa carmentea, todo el mundo la desea entre más vieja, más buena.
Ánima de Santa Elena, que romance nos entrega, don Héctor Paul Banega, que Dios lo tenga en el cielo, junto con el rompesuelo, admirado Joaquín Rico, hay un cantor exquisito, Jesús Amable Centella, la voz que siempre destella en el mágico cuerdero, igualito a Oscar Quintero, maestro de coplas bellas.
Carlos Yustre, Osvaldo Bracho y el tuerto Lorenzo Balta, Arturo Lamuño y Chiro, Mota y Ángel Salamanca, le robaban los suspiros a las bonitas muchachas.
El Arauca vibrador es tierra de maravillas, Mari Odón Hugo Mantilla, Mano Bona y Rafael Padilla, emblemas de mi folclor. Y ya para despedirme, sin hacer mucho alboroto, que Dios bendiga al Arauca, que es la tierra del joropo.