Que noche llena de hastío y de frío,
el viento trae un extraño lamento.
Parece un pozo de sombras en la noche
y yo en las sombras camino muy lento.
Mientras tanto la garúa se acentúa con sus púas en mi corazón.
En esta noche tan fría y tan mía,
pensando siempre en lo mismo me abismo
y por más que quiera odiarlo,
desecharlo y olvidarlo,
lo recuerdo más.
Garúa,
solo y triste por las eras va este corazón transido,
con tristeza fue tapera sintiendo tu hielo.
Porque ese hombre con su olvido hoy le ha abierto una gotera perdida.
Como duende que en las sombras más lo busca y más lo nombra.
Garúa,
tristeza hasta el cielo se ha puesto a llorar.
Que noche llena de hastío y de frío,
no se ve a nadie cruzar por la esquina.
Sobre la calle la hilera de focos
lustra el asfalto con luz mortesina.
Y yo voy como un descarte,
siempre sola,
siempre aparte,
esperándote.
Las gotas caen sobre el charco de mi alma,
hasta los huesos calados y helados.
Y humillando este tormento todavía pasa el viento,
empufándome.
Garúa,
solo y triste por las eras va este corazón transido,
con tristeza fue tapera sintiendo tu hielo.
Porque ese hombre con su olvido hoy le ha abierto una gotera perdida.
Como duende que en las sombras más lo busca y más lo nombra.
Garúa,
tristeza hasta el cielo se ha puesto a llorar.