Cruzo los brazos pa' no matarla,
cerró los ojos pa' no llorar,
debió ser débil y perdonarla,
y abrió la puerta de par en par.
Vete mujer mala,
vete de mi vera,
tú eres lo mismito que una maldición,
que un día te permita y un gacho que quieras,
hagas tus quereres,
tus quereres pagues con mala traición.
Y te dejé,
tú serás
como la falsa moneda,
que de Manuel Manovas ninguno se te queda,
que de Manuel Manovas ninguno se la quedas.
Besó los negros
zarcillos finos
y allí dejara cuando se fue,
y aquella trenza de pelo endrino en otro tiempo,
Porto Pael.
Cuando se marchaba no intentó mirarla,
ni lanzó un quejío ni le dijo adiós,
entornó la puerta y pa' no llamarla,
se clavó las uñas,
se clavó las uñas en el corazón.
Gitana que tú serás como la falsa moneda,
que de Manuel Manovas ninguno se la quedas,
que de Manuel Manovas ninguno se la quedas.
Gitana que tú serás
como la falsa moneda,
que de Manuel Manovas ninguno se te queda,
que de Manuel Manovas ninguno se la quedas.