Prohíben la luna llena y el sol de pasos ardientes,
el lucero ya naciente y su ventana serena.
Le prohíben la palabra al pasado y al futuro,
los quieren a todos puros sin ninguna escarapela.
Prohibida la vigüela,
es el polvo que no dejen
entrar a la chabela.
Entra el arroyo en el río
y el río en el mar uraño,
entra el día todo el año por la puerta del rocío.
Sin que nadie se dé cuenta y casi sin hacer ruido,
entra el pájaro en el nido,
el otoño y su acuarela.
Entra la hoja que ruela,
es el polvo que no dejen entrar a la chabela.
Pero no los folcloristas, esos no tienen perdón,
entra el señor senador con dinero en la maleta.
Entra la vieja alcahueta y el pillo en su
carretera y el chiquillo con piruela.
Entra el chavo y el chavo con su chiquillo y en enero es el verano,
al bolsillo entra la mano.
Pero aunque mucho nos duela,
entra la chave y su hijuera,
es el polvo que no dejen entrar a la chabela.
Pero aunque mucho nos duela,
entra la chave y su chiquillo con piruela.
Es el polvo que no dejen entrar a la chabela.
Entra el señor senador con dinero en la maleta,
es el polvo que no dejen entrar a la chabela.
En el mar,
la cebolla entra,
una vez que lo dio el trago,
no se lo puede sacar.
Si no es con el verbo amar,
que se conjuga en la escuela,
en la pátria que consuela,