Cuando el oído ensordece, no atiende a gritos ni ruegos,
desde las líneas del frente los dos bandos abren fuego.
Se lanzan muerte y metales, hierven la tierra y la savia,
todas las rabias del mundo son una única rabia.
Despotas llaman tiranos a dictadores vecinos, que un asesino no yerre, no le quita,
de asesino.
Hay multitudes de agravios y un solo ángel custodio,
todos los odios del mundo son en verdad el mismo odio.
Todos los odios del mundo son en verdad el mismo odio.
Fuye el futuro del hombre como animal espantado, mientras los cuerpos se enfundan a davíos
de soldado.
Cuántos fusiles en celo, cuánta metralla exaltada,
todas las armas del mundo son en verdad una quejada.
Buscan los miembros febriles sus mitades amputadas,
y un desfile de muñones solivianta las miradas.
¿Qué hacemos pues con los muertos? ¿Qué hacemos con los heridos?
Se oye un quejido en el mundo, que son todos los quejidos.
Se oye un quejido en el mundo, que son todos los quejidos.
Tristes las almas transitan la avenida del destierro,
patio sin muro ni alambres, cárcel sin celdas ni hierro.
No hay canción que drene el pozo del exilio y sus quebrantos.
Todos los llantos del mundo suenan como un mismo llanto.
Todos los llantos del mundo suenan como un mismo llanto.
Los que luchan se atrincheran con su rifle y sus certezas,
la dulzura de los hombres que era piel hoy es corteza.
El tiempo corre y su sangre por los tanudes se abisma,
todas las guerras del mundo son en el fondo la misma.
Todas las guerras del mundo son en el fondo la misma.
Todas las guerras del mundo son en el fondo la misma.
Subtítulos realizados por la comunidad de Amara.org
Đang Cập Nhật
Đang Cập Nhật