Azule el valle,
la calle en silencio
Sin un alma,
en sombras me adentro
A través de una ventana entreabierta
Una figura sola, serena, despierta
Sus ojos negros en calma profunda Rojo el pañuelo,
misterio en su hondura
Nos miramos en ese instante callado
Dos mundos extraños juntos,
atrapados
Su cabello oscuro en la luz se funde
En su mirada el tiempo se detiene
Una respiración
tan lenta y precisa Dos corazones,
un suspiro de prisa
Dos desconocidos en un solo reflejo
Entre sombras en silencio complejo
Mirada y mirada, sin palabra dicha
Un instante eterno,
la vida se anida
Sus ojos negros en calma profunda Rojo el pañuelo,
misterio en su hondura
Nos miramos en ese instante callado
Dos mundos extraños juntos,
atrapados