Corrido y puñetero, en lo que el ritmo del hombre tiene nombre de dinero.
Da igual que Arabia se lleve la supercopa de España,
sabiendo que a las mujeres no las quieren ni en las gradas,
mientras que exista un balón, taquilla y televisión.
Y les rebocen las carteras, venden su culo y su honor a una maldita nación,
con el machismo por bandera.
Yo desde chico aprendí que el fútbol es para unir,
será que siempre he jugado en la calle, alto a sus redes y sin importarme.
Si era una niña o un niño el que estaba jugando delante,
y que nacido en el templo bendito, donde se canta...
Donde el deporte es igualitario, con dos ovarios en el carranza.