Quiero dejar caminar mi canción
hasta llegar a la flor de tu piel,
donde encontré pasional mi primer amor
sobre la hierba de un pueblo provinciano.
Estabas tú, estaba yo, estaba Dios,
estaba el sol, mi canción y tu voz
llamándome con el sueño en los labios,
llamándome con movidas de amor.
Una paloma voló sobre el campanario,
sobre los pinos el sol derramó toda su miel,
y aquel milagro de paz nos juntó los labios y me quemé en el sol,
pequeño de tu piel.
Y el mundo fue un asombro en los dos,
un descubrir que la
tierra era azul,
porque dejaba encendida en la tarde
el beso aquel de mi amor y tu amor.
Una paloma voló
sobre el campanario,
sobre los pinos el sol derramó toda su miel,
y aquel milagro de paz nos juntó los labios y me quemé en el sol,
pequeño de tu piel.
Y el mundo fue un asombro en los dos,
un descubrir que la tierra era azul,
porque dejaba encendida en la tarde
el beso aquel de mi amor y tu amor.