Ay, yo conocí a un prestamista que cobraba el rédito caro
Ay, todo lo que le empeñaba con él se quedaba a diario
Ay, era tan vil el jula, no se pasaba
Ay, cuando prestaba dinero él se ponía muy contento
Se aseguraba primero
Ay, prestaba el ciento por ciento y con buena garantía
Ay, antes de llegarse el plazo visitaba cada rato a todo el que le debía
Ay, su gusto era ver al pobre humillado junto a él
Ay, siempre de mal humor le decían el burro güey
Cuando le pedían favor
Ay, en cada mes que pasaba dobleteaba su dinero
Ay, se comía lo que le daban pero él ni agua regalaba
Vivía peor que un limosnero
Ay, era tanta su avaricia y lo hambriento que él pasaba
Ay, escribió en su testamento que sin cajón lo enterraran
Cuando se estaba muriendo
Ay, vino a verlo un sacerdote y que a ver si se confesaba
Ay, se comía lo que le daban pero él ni agua regalaba
Ay, le enseñaba un crucifijo
Alzó los ojos y dijo que en cuanto se lo empeñaba
Ay, por fin murió
Ay, el prestamista lo enterraron con la luna
Ay, la mujer se había hecho igual, no quiso un peso gastar
Cuidaba bien su fortuna
Ay, se murió en la madrugada rayando el sol, lo enterraron
Ay, no me quisiera acordar
Pa' no darle de almorzar a tres que lo acompañaron
Ay, tuvo suerte el prestamista a pesar de ser tan pillo
Ay, pa' no gastar en la fosa lo enterraron en la cueva
Que hallaron de hoy en el día de hoy
En Armadillo