¡Ándele,
compa,
Manuel Soto! ¡No se raje,
no se quede atrás!
¡Apachurrele, échele, échele!
Y ya se reventó el columpio,
donde ya se columpiaba,
ya se le acabaron los gustos
a la joven que llamaba bienvenido el pavido návido,
donde está tu esposa Navidad componiéndose el vestíbulo,
arreglándose el peinávido,
la cica del pavido návido,
el cordón de Churumbe.
¡Ya déle,
compa,
Juanón León! ¡Saque el polvo con Doña Chava!
¡Ya rejunte la bronce, que está cara la pintura!
El que quiera ser mi amigo,
tres cosas debe tener,
una silla,
buen caballo,
buenas piernas para correr,
bienvenido el pavido návido,
donde está tu esposa Navidad componiéndose el vestíbulo,
arreglándose el peinávido,
la cica del pavido návido,
el cordón de Churumbe.
¡Ya déle,
Don Miguel López! ¡Saque a bailar a
Doña Clínea y acuérdese de esa talla!
El que anda enamorado y no tiene que gastar,
échele en un balde de agua como un perro a remocar,
bienvenido el pavido návido,
donde está tu esposa Navidad componiéndose el vestíbulo,
arreglándose el peinávido,
la cica del pavido návido,
el cordón de Churumbe.
¡Ya déle,
mi bueno Ramírez! ¡Renuéstrele a la pela,
que todavía las puede! ¡Y arriba San José de Himalaya!
¡Ya me voy para Chacala a ver a las chacaleñas,
a ver si bailarlas puedo!
¡O me atasco hasta la direña,
bienvenido el pavido návido,
donde está tu esposa Navidad componiéndose el vestíbulo,
arreglándose el peinávido,
la cica del pavido návido,
el cordón de Churumbe!