Dice.
El muchacho de la barba y dice,
compa,
Tony,
jale a ese viejo.
¿O no?
Ánimo, viejo.
Dice.
Todos piensan que el muchacho es muy calmado.
A veces lo ven serio.
O de la bola de patadilla,
a veces lo ven pensando.
Pero no es que sea calmado,
es un hombre reservado.
Que con unas cinco o siete cuida la espalda del chavo.
Como una pantera siempre anda de negro.
Y vida con su porte y su cachucha siempre arrasa en la mirada.
Maneja muy bien las armas,
le da igual cortazo larga.
Es el compa Samuel Puente,
es el muchacho de la barba.
Cataloga más allá de una mirada.
El pulmillo va creciendo y sus instintos se apaciguan con las palas.
Así es el guardaespaldas,
el muchacho de la barba.
Que Jesús María y Padrino,
un león gordo lo respalde.
Dice.
Y jalele ese entero viejo que se haga.
A la orden con el mallito zambada.
Cuando me ocupa ya sabe que en caliente hago equipo con el traga.
Tenemos muchas hazañas,
fachangas tenemos varias.
Juliacán sigue rifando y Dolmayo se quema.
Soy
el hijo del famoso Chico Fuentes,
vengo por la misma lina y un abrazo con cariño pa mi madre.
La consula fue mi infancia,
bueno pa jugar,
bellar.
Son momentos de la vida que fomentan la humildad.
Aunque el viejón se encuentra encerrado,
nunca descuidado es su hijo,
desde adentro él nos manda un recado.
Que cuidemos bien al chavo,
que siempre andemos armados,
porque ya no es como antes y las cosas han cambiado.
Hay apoyo,
hay respaldo,
ya hay palabras,
a los dos para el equipo,
para el patio y para toda la plebada.
Con el huevo lo que manda,
gracias por esa confianza.
Se retira Samuel Fuentes,
el muchacho de la barba.
Ahí quedó compadre,
muchacho de la barba,
su compa Héctor Delen.
¡Animo!