En la sierra de Durango había un plantillo de verde
y el joven que la cuidaba es de esos que no le temen
al diablo ni a los espantos, mucho menos a la muerte.
Una avioneta volaba, el joven la detectó
les dijo a sus compañeros, aquí la cosa cambió
no hay que dejar los que bajen y de eso me encargo yo.
La avioneta daba vueltas, ya muy cerquita del suelo
y por tierra un capitán con su gente aparecieron
ya casi va a cosechar, las siembrales descubrieron.
El joven montó un caballo y una bazuca tomó
y sin pensarlo dos veces a la nave disparó
se oyó tremendo estallido y en mil pedazos voló.
Un caballo galopar se escucha en la serranía
y un joven con su bazuca en el monte se escondía
Pa' sacarlo va a estar duro por las armas que él traía
no es posible que en la sierra se manejen estas armas
comentaba el capitán cuando el boludo bajaba
para enfrentar a esta gente nuestros recursos se acaban.