La duda se presenta como tal,
el mudo bosque, la fría soledad.
Las nubes no son cálidas, están desnudas,
un espeso líquido flota en el ambiente.
Decide bien, Leopoldo, con cautelar,
porque tú mismo puedes traicionarte.
La duda ya no existe,
el bosque grita y hace calor,
respiro estalactitas de metal
que se entierran muy profundo en mi cerebro.
Mi camino decidido no vacilo,
pero estoy seguro
de haberme traicionado.
Đang Cập Nhật
Đang Cập Nhật
Đang Cập Nhật