Todo el mundo ya está atento,
salió el barroso piñano,
le brinda un porro a la banda y un gran silencio en la plaza.
Es más rápido que el viento y de la sabana y pantano,
recuerda el blanco de garza y el espejismo de playa.
Tiene una estampa de miedo y es suya la corraleja,
no hay manta ni garrochero,
no hay emeralda ni ceja.
Tiene una estampa de miedo y es suya la corraleja,
no hay manta ni garrochero,
no hay emeralda ni ceja.
Pero se llevó en su frente huellas de un triste recuerdo,
huellas de sangre y de muerte,
pa' su ambiente playonero.
Parte un rayo la distancia del plano a la serranía
y desde la lejanía ya huele a tierra mojada.
Bueno, en su resonancia le quita soberanía
a todo lo que no confía en la pólvora quemada.
Y siente en esos momentos el temor que no lo deja
la carabía de los vientos,
la angustia de corraleja.
Y siente en esos momentos el temor que no lo deja
la carabía de los vientos,
la angustia de corraleja.
Y desafía la tormenta al frente de su rebano
cuando la noche demuestra las tinieblas de su manso.