Eras las siete de la mañana, se excusaba el restregueo de su escobita de rama
Era otoño y barría las hojas suertas, no cabía una hoja en las puertas, olía a café
Las cosas están pa' que se las encuentra, y aquello estaba pa' él
Y de pronto, vaciando las hojas, me da el calo frío, el llanto de un crío romper silencio en el contenedor
En sus brazos le dio cobijo y aquel barrendero estacó placanto
Hija, tú no me llores por un besito, que donde comen tres, también comen cuatro
Mientras haya una escoba, no va a faltarte un vestido nuevo y unos zapatos
Abre la puerta María, que la desgracia parió y está la mañana fría
¿Qué razones tendría pa' abandonarla y no abrajarla ni amamantarla? Dios mío, ¿por qué?
Este lindo milagro ha caído en mi casa, María, qué guapa eres
Y María la coge en sus brazos, la alumbra una estrella, quédate con ella y la sacas pa'lante con los otros tres
No tendrás sabanitas de seda, pero tu madre buena pa' siempre seré
Tuya será la llama de esta candela, que yo te voy a poner Carmen por tu abuela
Mentiré como sea pa' no perderte, que nadie te devuelva tu mala suerte
María miente por arroba y le dice a los doctores que había parido sola
Como usted ha parido no pare nadie, así ha parido diez veces mi madre
Tranquila mujer, me recuerda a usted a las mujeres de antes y le firmaba el papel
Y aquel hombre en la sala de espera, empalmando cigarros, barruntas de jarros, tendré que entregar las siendas de mi amor
Y María salió María y sueña que las otras tres veces que María parió
La otra noche María estuve soñando que de blanco vestida se estaba casando
Qué bonita iba mi niña, el racimo más lindo de mi ventimia
Tienen las canes abiertas y se hablan con la mirada cuando llaman a la puerta
Si viniera la madre de la criatura, quién va a contarle aquella locura
Y tener que escoger, la que te parió y te tiró a la basura, la que te dio su querer
Y lo sabe su padre y su madre, el carro, las hojas, la gorra, la coba, la acera, la calle y el contenedor
Y lo sabe el verso y la copla que aquel barrendero un día cantó
Hija tú no me llores por un besito, que donde comen tres también comen cuatro
Mientras haya una escoba no va a faltarte un vestido nuevo y unos zapatos
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