Ningún lugar en el mundo es mejor para cantar esta canción que este,
porque esta canción incluye la que es la frase más importante del disco Blanco para mí.
Y hoy me emociona mucho cantarla acá, porque entre todas las cosas que dice
y dentro de esta travesía muy de Macondo y muy de García Márquez,
la frase del final de la canción, cuando menciono
y en la antigua aún da salto en mi pelota, que es ese niño que dejé aquí,
pero que sigue existiendo en mí, es posiblemente la frase que más me emociona
de todo este disco. Vamos a hacerla. Venga, Víctor.
En el sojo hay un café donde me escondo
Y en París perdí el amor que me tenía
Recostado en el sofá de mi Macondo
Solo más que todos los buen día
Yo no sé cuándo olvidé que la costumbre
Es el postre en el menú de los suicidas
Escarbando no se llega hasta la cumbre
Ni te quejas de la lluvia en la sequía
Y quiero escapar de la lluvia en la sequía
Quizás quiero olvidar
Tal vez quiero estar solo y dejar que el silencio se ocupe de mí
Y quiero volver, no sé, pedirte perdón
Tal vez no quiero nada después, quiero todo después, ya no sé
Tengo un sueño que no sueña en otra cosa
Que no sea en no soñar con tu cintura
La tristeza se me ha puesto vanidosa
Y me estoy acostumbrando a esta tortura
Mi nostalgia fuma porros en La Habana
Y aquí, en la antigüedad
En la antigüedad andas altos, mi pelota
Con tu nombre no se llena el crucigrama
Y el amor nunca es amor si no es idiota
Y quiero escapar, quizás quiero olvidar
Tal vez quiero estar solo y dejar que el silencio se ocupe de mí
Y quiero volver, no sé, pedirte perdón
Tal vez no quiero nada después, quiero todo después, ya no sé
En el sojo hay un café donde me escondo
Y en París perdí el amor
Y en París perdí el amor
Y en París perdí el amor