Marchando hacia el cielo con planta insegura,
llegue a do el camino divides en dos.
E inquieta buscaba con honda amargura,
cual de ellos pudiera llevarme a la altura
bendita y hermosa del reino de Dios.
Del uno la extraña belleza me asombra,
serpiando por verdes praderas al pie,
de grata arboleada que al par de dar sombra,
de múltiples flores olientes lo alfombra.
Este es el camino, gozosa grité.
Más luego,
hacia el otro volviendo los ojos,
lo miro entre peñas abruptas pasar.
Es áspero,
estrecho, cubierto de abrojos.
Parece un camino de penas y enojos,
que infunde tristezas y que hace llorar.
Un camino tan triste,
tan duro y quebrado,
no puedo, me dije, marchar por aquí.
Más viendo las huellas que en él ha dejado,
Jesús con su sangre por fin resignado, la
frente inclinando,
por él proseguí.
Por fe contemplo redención,
la fuente carmesí.
Jesús nos da la salvación,
su vida dio por
mí.
La fuente sin igual ayer,
de vida y luz el manantial.
Oh, gloria a Dios,
me limpia
a mí,
me limpia a mí y también te limpia a ti.
Đang Cập Nhật
Đang Cập Nhật
Đang Cập Nhật
Đang Cập Nhật
Đang Cập Nhật