El reloj de cuerda suspendido, el teléfono desconectado, una mesa, dos copas de vino y a la noche se le fue la mano. Una luz rosada imaginar, comenzamos por probar el fin, con mirarnos todo lo dijimos y a la noche se le fue la mano. Si supiera contar todo lo que sentí, no quedó ni un lugar que no anduviera de ti. Besos de luz, que derroche de amor cuanta locura. Que no acabe esta noche ni esta luna de abril, para entrar en el cielo no es preciso morir. Besos de luz, que derroche de amor cuanta locura. Derrochamos no importaba nada las reservas de los manantiales, parecíamos los irracionales que se iban a morir mañana. Si supiera contar todo lo que sentí, no quedó ni un lugar que no anduviera de ti. Besos de luz, que derroche de amor cuanta locura. Que no acabe esta noche ni esta luna de abril, para entrar en el cielo no es preciso morir. Besos de luz, que derroche de amor cuanta locura. Besos de luz, que derroche de amor cuanta locura.