Se le hinchan los pies,
el cuarto mes le pesa en el vientre.
Esa muchacha en el flor por la que anduvo el amor,
regalando sin miente.
Si la viese usted mirándose feliz al espejo,
palpándose el perfil y trenzando mil nombres en dos sexos.
A su manera floreció por primavera,
para dar gracias al sol y perfumar la vereda.
A su piel de satén le sienta en salir de paseo,
salpicar en inies en la dejadez de su balanceo.
Si la viese usted frente al café jugando rayuela,
a la tarde serés que a las cinco su ayer vuelve de la escuela.
Y a su manera volvió al caballo y al carro,
al muñeco de cartón y los pucheros de barro.
Si la viese usted cantándose canciones de cuna,
como un cascabel que acuna si un clavel en un rayo de luna.
Corre el lagarto por otra cama en el cuarto,
a empapelarlo de azul y en agosto de parto.
De parto.