Dale,
dale que ya sale, que ya me meto en el ambiente,
que ya me arde la sangre,
nena,
quédate otra hora,
a ver si puedo concentrarme otra vez pensando en su boca
mientras que entretengo a otra.
Dice mi madre que no me amargue,
porque un clavo saca otro clavo,
que las heridas me harán más fuerte,
no somos nadie sino un pasado,
así que voy siguiendo el juego,
y voy con los ojos cerrados,
y mientras más quiero sacarlo,
su clavo está mejor clavado.
Dale,
dale que ya sale,
que ya me meto en el ambiente,
que ya me arde la sangre,
nena,
quédate otra hora,
a ver si puedo concentrarme otra vez pensando en su boca,
mientras que entretengo a otra.
Dale,
dale que ya sale,
que ya me meto en el ambiente,
que ya me arde la sangre,
nena,
quédate otra hora,
a ver si puedo concentrarme otra vez pensando en su boca,
mientras que entretengo a otra.
Que por más que me propongo no consigo olvidar,
que la estrella que he perdido no es igual que las demás,
no brilla igual,
no besa igual,
no es igual.
Que sus ojos me persiguen donde quiera que vaya,
por su cuerpo yo he subido el pico del Himalaya,
mamá,
me ha dejado tan hueco el pozo tan seco que no lo llena cualquiera,
aunque no lo llena cualquiera.
Dice mi madre que no me amargue,
porque un clavo saca otro clavo,
que las heridas me harán más fuerte,
no somos nadie sino un pasado.
Así que voy siguiendo el juego,
y voy con los ojos cerrados,
y mientras más quiero sacarlo,
su clavo está mejor clavado.
Dale,
dale que ya sale,
que ya me meto en el ambiente,
que ya me arde la sangre,
nena,
quédate otra hora,
a ver si puedo concentrarme otra vez pensando en su boca,
mientras que entretengo a otra.
Dale,
dale que ya sale,
que ya me meto en el ambiente,
que ya me arde la sangre,
nena,
quédate otra hora,
a ver si puedo concentrarme otra vez pensando en su boca,
mientras que entretengo a otra.
Que por más que me propongo no consigo olvidar,
que la estrella que he perdido no es igual que la demás,
no brilla igual, no besa igual, no es igual.
Que sus ojos me persigan donde quiera que vaya,
por su cuerpo yo he subido el pico del Himalaya,
mamá,
que me ha dejado tan hueco el pozo
tan seco que no lo llena cualquiera.
Que no lo llena cualquiera.
Dale,
dale que ya sale,
que ya me meto en el ambiente,
que ya me arde la sangre,
nena,
quédate otra hora,
a ver si puedo concentrarme otra vez
pensando en su boca,
mientras que entretengo a otra.