De dos ingenios lo he sido, te enseñaré los trinores, los hombres trabajadores, las bailas y los molinos. De dos ingenios lo he sido, te enseñaré los trinores, los hombres trabajadores, las bailas y los molinos. Guantanamera, Guajira, Guantanamera, Guantanamera, Guajira, Guantanamera. Guantanamera, Guajira, Guantanamera, Guantanamera, Guajira, Guantanamera. Desde la edad de doce años, vengo cantándole al mundo, desde la edad de doce años, vengo cantándole al mundo. Y con dolores profundos, por míseros desengaños, soporté miles regaños, de la autora de mis días, me decía. Son boberías, de muchachos no me canto, porque siempre a los cantantes, solo le brindan cual si. Yo a mi viejita no oí, su consejo sacrosante, y dije, sigo mi canto, hasta terminar mi día. Mi madre dio mi porfirio, y me dejó a mi destino. Dijo, termina el camino, que tú has trazado a seguir, a ver si puedes vivir, la vida del peregrino. Cuantas veces he pensado, que ingrata es la humanidad, veces de ver en verdad, que el artista es desdichado. Su valor no es apreciado, ni aun con propio repertorio, siempre un problema, un volcóreo. En cualquier momento e instante, sin pensar que ese cantante, va a parar a un zaratorio. Oyo que lucho mi vida, entre envidias y rencores, vivo con mil sabores, con mi alma dolorida. Pero mantengo crecida, la fe, la creencia fiel. Que a mi todo aquel que llega, lo trato como mi hermano. Pues soy humano y cubano, y un hermano a otro no dirá. Guantanamera, Guajira, Guantanamera. Guantanamera, Guajira, Guantanamera. Vaya, vuelca a mi morgan, paquito González. Vaya, por favor, por favor. Venga, venga, venga. Mi divina Guajira, Guajira, Guantanamera. Guantanamera, Guajira, Guantanamera.