Será porque nací en la orilla de un frente,
estoy condenado a quererte y adorarte,
corazón.
Será que por tu cara me derrito y desde
que era chiquitito empecé esta colección,
guardando con mimo y envero los tesoros que en tu tierra hay.
Será que yo me muero por las cositas de calle,
aunque te suene a calzondero,
tres mil veces te repito que yo no tengo un museo,
tengo un cadi chiquitito.
Arenas de la playa,
macetas de barbón,
la bomba que te tiraban los guamparrones y napoleón,
cañitas del país,
chichuelas de caletero,
una rosa de martín y la caracola de Pedro Romero.
Y aunque te suene a calzondero,
tres mil veces te repito que yo no tengo un museo,
tengo un cadi chiquitito.
Y aunque te suene a calzondero,
tres mil veces te repito que yo no tengo un museo,
tengo un cadi chiquitito.
Pero escuchá,
que las cositas de calle no son solas que se pueden tocar,
los cangrejos,
las murallas,
las mojaditas,
el canal,
ni las cosas que se ven,
que también,
pero las más importantes son las cosas inmateriales,
la lucha,
el talento,
el aje,
la gracia,
el flamenco,
los carnavales, la pureza de su gente.
¿Tú me entiendes?
O eso picha,
el viento alazar las mareas y las muestras de sol.
Y aunque te suene a calzondero,
tres mil veces te repito que yo no tengo un museo,
tengo un cadi chiquitito.
Y aunque te suene a calzondero,
tres mil veces te repito que yo no tengo un museo,
que ya comienzo de vida mía que con
esta colección tengo un cadi chiquitito.
Tengo un cadi chiquitito.
Y no le niegues,
juez,
que ya sabe bien lo que hay,
que aunque vengo desde el fuego,
tengo cositas de calle.
Đang Cập Nhật
Đang Cập Nhật
Đang Cập Nhật
Đang Cập Nhật