¿Por qué te encontré en mi camino
si no de ser mío tu fiel corazón?
¿Por qué no ha dispuesto el destino
que iba implorándote un poco de amor?
¿Por qué has de ser en mi vida la más preferida sabiendo que no?
Que no puedo mirarte a los ojos,
que no puedo gritar que eres mía
porque me prohíben las leyes de Dios.
Corazón prisionero, ¿por qué te enamoraste?
Condenándome en vida a este amargo sufrir.
No puedes quererla,
corazón lleno su penas.
Trataré de olvidarla,
trataré de olvidarla aunque muera de amor.