Que las flores no te falten en el pecho
Que se funda tu nariz en el país
Que los lunes no se llenen de un cruel duelo
Que la tierra te sostenga en tu raíz
Que te duermas sin deberle la justicia
A las madres que ahora buscan por ahí
A sus hijas entre fosas clandestinas
Que resista la esperanza de vivir
No te olvides de tus ojos de mujer
No te olvides de tu boca de mujer
No te olvides de tu lucha de mujer
No te canses de ser grande y ser mujer
Compañera, presidenta
Seas quien seas, presidenta
Es preciso que te llames compañera
Es preciso que te llamen compañera
Que tus luces brillen noche, tarde y día
Que decidas sabiamente dirigir
Que el dolor de la memoria sea la herida
Que no quieras tú volver a repetir
Que no dejes que el dolor de la memoria
Deje sin mañana la grandeza
Que la historia no se vuelva cicatriz
Que los ojos de los niños de los barrios
Sean la causa de impulsar y construir
No te olvides de tus ojos de mujer
No te olvides de tu boca de mujer
No te olvides de tu lucha de mujer
No te canses de ser grande y ser mujer
No te canses de ser grande y ser mujer
Compañera, presidenta
Seas quien seas, presidenta
Es preciso que te llames compañera
Es preciso que te llamen compañera
Doscientos años sin ninguna presidenta
Hoy harás el futuro con todas las ganas
Las que vengan
Sesenta y cinco hombres antes que tú
Todas las mujeres después de ti
Por las que te aplauden y te apoyan
Por las que te observan y cuestionan
Por las que no te crean la hora
Por las que desde el dolor te ignoran
Por todas serás una
Por todas serás una compañera
Compañera
Compañera, presidenta
Seas quien seas, presidenta
Es preciso que te llames compañera
Es preciso que te llamen compañera