Yo tuve un gallo una vez que lo llamaba Centella,
no digo que fue el mejor,
pero nadie le hizo bella.
Tenía diez peleas sin victor ni lo lavaba siquiera,
y como siempre hay envidia le declararon la guerra.
Había un afamado gallo que lo llamaban Candela,
la fama se le corrió casi en toda Venezuela.
Mi gallo no tenía fama ni ninguna parentela,
gozaba buena salud y daba con las espuelas.
Y daba con las espuelas,
me invitan a un desafío y que llevara a Centella,
que lo querían
liquidar con el famoso Candela.
Un 19 de marzo,
a eso de las nueve y media,
agarré el gallo y me fui,
¿dónde iba a
ser la comedia?
Cuando llegué me dijeron,
lo trajo pa' que se muera,
la pelea del día de hoy es la
última que le queda.
Salieron igual en peso,
en tamaño y en escuelas,
se confirmó la
pelea entre Centella y Candela.
A mí me dijo el contrario,
de buena o mala manera,
un millón
voy a mi gallo y pelo por la chequera.
Yo le dije, eso es conmigo, déme la mano colega.
Deme la mano colega,
mil reales no tengo en casa,
si pierdo ayer le hago entrega,
me aposto el alto también.
Y terreno en quinceleguas,
con cinco mil resemanzas y cuatro cimarroneras,
seis madrinas de caballos,
catorce atajos de yeguas,
trescientos veinte capones y quinientas madrineras.
Y el que salga perdedor,
hay que golpearle la teja,
cincuenta cocorronazos y cien galones de oreja.
Otro me ha puesto dos carros,
un tráctor y la parcela,
y también le di la mano y le eché corte franela.
Se me tocó hacerle frente a las acuestas por fuera,
que me llegaban por lotes como lluvia en primavera,
que si yo hubiese perdido me llevo una buena pela,
le hubiera quedado debiendo a cada santo una vela.
Digo el juez,
vamos señores,
desocupen la barrera,
apenas quito la jaula se choca ese par de fieras.
Se choca ese par de fieras,
cuando se fueron arriba,
le puso dos morcilleras,
paraba chorros de sangre,
que parecían dos mangueras,
a nadie se le entendía,
aquell verá una diablera,
era tanta la emoción,
que parecía una tragedia,
le disparó un pata suelta,
pero de las muy certeras,
donde le puso las lejnas,
se le veían las troneras,
que hayan pacas de billetes y montones de monedas,
yo las iba recogiendo y llené una capotera,
mi gallo se gastó el lujo y lo picó de pechera,
y lo mató de placita,
que ni patarle o siquiera,
trebece acción o sentella,
pa' rematar a Candela,
esa es la pelea más cara que se ha visto en Venezuela,
entonces me tocó a mí,
echar rastro de curitera,
en prendas y morocotas,
llené cuatro maleteras,
de prendas y oro y billetes,
de plata blanca y moneda,
y en el moco ha cocido una saca algodonera.
Đang Cập Nhật
Đang Cập Nhật
Đang Cập Nhật