Las
noches se hacen largas, me trago mis palabras,
recorro cada tecla que me lleva a tu alma.
Los buitres me acompañan,
les sobran las palabras
y se atragantan con sus ofertas que no ofertan nada.
Cada paso hacia adelante son dos hacia atrás.
Oigo una olla a presión que amenaza con explotar.
Arréglalo todo,
báilame el agua,
que no me entere casi de nada.
Haz oídos sordos,
aplauden mis ganas,
que no me entere casi de nada.
Otro escenario sin mi voz,
la almohada me da frío.
Dos caminos distintos, pero igualmente torcidos.
La sensación de olvido,
este sueño no parece mío.
Me acechan en sigilo los fantasmas de lo que escribo.
Cada paso hacia adelante son dos hacia atrás.
Oigo una olla a presión que amenaza con explotar.
Arréglalo todo,
báilame el agua,
que no me entere casi de nada.
Haz oídos sordos,
aplauden mis ganas,
que no me entere
casi de nada.
Darero,
darero...
Darero...