Ya.
Extraño.
¿Hace cuánto, no?
Ya.
Hace cuánto no me llamas,
créeme,
de verdad te extraño.
Piensan que ando haciendo drama,
como pasaron los años.
Si te acuerdas,
yo a la escuela,
otro niño,
va inseguro,
pensando en el recreo y tú darme un buen futuro.
Si fue duro,
si fue duro,
mami,
de verdad lo juro,
que fue por tanta ausencia que me volví tan obscuro.
Guardo los zapatos viejos que me diste cuando niño,
son mi joya más preciada,
los conservo con cariño.
Ah,
hoy te dedico a todo mi brillo,
con ciertos placas de oro,
más diamantes,
más anillos,
pareciera fue sencillo ya no tenerte a mi lado,
porque siempre marco al cielo,
pero me suena ocupado,
con el cora congelado, salgo pa' cantar en vivo,
y en pleno camerino ya no me siento tan vivo.
Hace cuánto no te escucho,
hace cuánto no te escribo,
hace cuánto no te abrazo,
papi,
te extraño conmigo.
Guardo tu risa,
aquella camisa,
pienso en ti,
te lloro un rato,
pienso sin prisa en tus caricias,
mientras miro tu retrato,
te vuelve canción en mi habitación,
inevitable recordarte.
Me quedo con todo lo que te di,
y lo que nunca pude darte.
Falta,
me haces,
viviendo,
deprisa,
extraño,
regaños,
abrazos,
sonrisas,
tengo mil sueños,
tu vieja camisa,
y un viaje al que subí hace ocho que no aterriza.
Hoy quiero contar lo que me duele,
no me despedí del viejo y no encuentro que me consuele,
ni mis temas en la radio,
ni mis vídeos en la tele,
ni un porro de los verdes ahora que
esta noche vuele,
esta placa decidió,
y fue cortarme las alas,
alejar siempre a mi padre,
me lo arrebato a las malas,
sé que tengo que seguir,
todo es parte de la trama,
pero
cuando yo me vaya, que me dejen por Tijuana.
Ya no estás,
tengo que seguir viviendo,
me
deshago,
por dentro me deshago,
pero aquí me ves sonriendo,
tengo un nudo en mi garganta,
me haces tanta falta, dices que no vas a volver,
este espacio aquí en la casa, mientras todo
pasa, solo espero que estés bien y me cuides,
y me, y me, y me cuides, y me cuides, y me
cuides,
y me cuides, y me cuides.
Guardo tu risa, aquella camisa,
pienso en ti, te lloro
un rato,
pienso sin prisa en tus caricias,
mientras miro tu retrato,
te vuelve canción
en mi habitación,
inevitable recordarte,
me quedo con todo lo que te di, y lo que nunca
pude darte.