Son las diez, como siempre me hago mi café, pero hay algo diferente en él, un sabor mucho
más amargo que el de ayer, de que algo malo va a suceder.
Manuel, hoy sobre la mesa hay un papel que acaba diciéndome marché y yo no sé si es
marcharte para regresar o marcharte para no volver.
No, no me digas que lo nuestro terminó, que yo ya he sufrido mucho en el amor, tengo
la cabeza que me da mil vueltas, no cierres la puerta, pido por favor y que no de vuelta
la llave, para que entre la duda por si cabe, que me siento solo y me pesa el aire, pero
eso tú ya lo sabes y mejor que nadie.
Cuando yo quiero al destino no quiere, siempre me falta un detalle, a mí me llaman el loco,
el loco a mí me hizo la calle.
Cuando yo quiero al destino no quiere, siempre me falta un detalle, a mí me llaman el loco,
el loco a mí me hizo la calle.
Vuelve que yo quiero acariciarte, déjame solo poder sentirte, que yo quiero esta noche
complacerte, ya no sé cómo decírtelo sin decírtelo.
Has dejado tu aroma en el recibidor y separaron las agujas del reloj, y el tiempo no me pasa,
se me derrumba la casa.
No, no me digas que lo nuestro terminó, que yo ya he sufrido mucho en el amor, tengo la
cabeza que me da mil vueltas, no cierres la puerta, pido por favor y que no de vuelta
la llave, para que entre la duda por si cabe, que me siento solo y me pesa el aire, pero
si tú ya lo sabes y mejor que nadie.
Sabes que no soporto el silencio, ni este ruido de la soledad, ya pagué de sobra un
alto precio, y lo que me queda por pagar, ya no hay crédito en mi alma.
La moneda cae en cruz, esto ya nadie lo salva, a no ser que vuelvas tú.
Cuando yo quiero el destino no quiere, siempre me falta un detalle, a mí me llaman el loco,
loco a mí me hizo la calle.
Cuando yo quiero el destino no quiere, siempre me falta un detalle, a mí me llaman el loco,
loco a mí me hizo la calle.
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