Dicen que los pastores huelen a la nada
Pastor, si yo el mío
huelan de tamaquí, date niño de los barcomé.
Porque si no te quitas, rapo de flores,
llamaré a la justicia que te aprisiones con las cadenas de mi amor.
Dicen que los pastores huelen a sabor.
Dicen que los pastores huelen a sabor.
Si yo el mío huelan, Romero,
quítate niño de los barcomé.
Porque si no te quitas, rapo de flores,
llamaré a la justicia que te aprisiones con las cadenas
de mi amor.
Por la sotana amaré,
mamita mía,
don Padre cura.
Y el cura le responde con mucho asiento,
con mucho asiento,
con mucho asiento.
Mamita mía,
¿por qué voy preso?
Dicen que los pastores huelen a la nada.
Pastor, si yo el mío huelen a sabor,
díganme, ¿por qué voy preso?
Con las cadenas de
mi amor.