Seguimos con otro rolón,
con otra cancioncita.
Ahí nomás, échale Julio, a ver si les gusta.
Márcale, Pablo.
Ahí nomás, mi compagrillo, ¿no?
Rázquele, rázquele, viejo.
Deja que mis manos bajen tu vestido
y si al desnudarte te echas a temblar,
con un solo besote quitaré el frío,
con una caricia te enseñaré a amar.
Y cuando tu cuerpo esté juntito al mío
y hayas descubierto la felicidad,
te diré despacio y bajito al oído que voy a quererte cada día más,
cada día más.
Voy a quererte cada día más,
voy a quererte cada día más,
mi amor,
cada día más,
cada día más.
Voy a quererte cada día más,
voy a quererte cada día más, mi amor,
cada día más.
Ay, que esa lucita de la mala me dio.
Mírame a los ojos cuando yo te miro,
leerás en ellos solo la verdad.
Y que no te mientan cuando yo te
digo que voy a quererte cada día más.
Y cuando tu cuerpo se llene del mío y hayas descubierto la felicidad,
te diré despacio y bajito al ombligo que voy a
quererte cada día más,
cada día más.
Voy a quererte cada día más,
voy a quererte cada día más,
mi amor,
cada día más,
cada
día más.
Voy a quererte cada día más,
voy a quererte cada día más, mi amor,
cada día más.
Ahí queda.