Peñiña quiso modelo,
que fuera su profesión,
para lucir un buen cuero,
para ser reencarnación
negreta, grabó en el cielo,
en el cielo.
La cara de la moneda dio la espalda a su pasión,
las despedidas del miedo,
de un mal padre
en el salón de Goña, cuánto te quiero,
hazme un sitio por favor,
hazme un sitio
por favor.
Los
ojos azul vaquero,
labios de sangre carmín,
de rizos negros el pelo,
las pestañas sin
abrir de polvo blanco los dedos,
acarician su nariz,
se termina de vestir.
Vive apoyada en la barra,
puñado cielos con Vic,
la noche promete larga,
la noche promete
gris,
la pasarela de la calle sigue estando aquí.
Entra otro tipo con barba que se
interesa por ti,
Begoña la del perfume,
Begoña la flor
del iris, y tú levantas la mirada para sonreír,
en el jardín de los deseos la más bella sigue
siendo la del iris.
Nananana...
De confesor un lavabo,
de último mes,
un abril,
de sobredosis caballo,
de su muerte el porvenir de entierro fuimos en mayo,
se secó la flor de liz,
la más bella del jardín.
Vive apoyada en la barra,
ponga dos cielos con mi,
la noche promete larga, la noche promete gris,
la pasarela de la calle sigue estando aquí.
Entra otro tipo con barba que se interesa por ti,
begoña la de perfume, begoña la flor de liz,
y tú levantas la mirada para sonreír,
en el jardín de los deseos la más bella sigue
siendo la de liz.