Sonreír,
trabajar, desontalto al cor de miel,
la esperanza de lo dará,
la razón de mi existir.
Sé que soy muy feliz,
no me engañe el corazón,
la madera
para mí es igual que una canción.
Todo lo que un hombre sueña
se puede lograr,
desde una cuna pequeña hasta un grandísimo altar.
Al nacer un nuevo día,
nace también la ilusión,
por eso canto a la vida,
por eso canto al amor.
Sonreír,
trabajar,
desontalto al cor de miel,
la esperanza de lo dará,
la razón de mi existir.
Nos dio la sombra el árbol,
sus ramas frescos,
madera sólo resbaldos,
de un árbol que tuvo flor.
Esa guitarra madera que hace volar en mi canfrión,
del monte a la pradera,
con su mensaje de amor.
Sonreír,
trabajar,
desontalto al cor de miel,
la esperanza de lo dará, la razón de mi existir.