Bailabas al son del compás,
tu mirada fuego y paz,
la luna nos miraba callada,
tus pasos contaban secretos,
el aire cargado de retos,
mi pulso perdido en tu danza.
Bailabas al son,
al ritmo del corazón,
tu cuerpo y el mío conectaban más allá del vacío.
Bailabas al son,
desatando la razón,
en cada giro nos perdíamos sin sentido.
Tus manos tejían la noche,
la música era el derroche,
y yo perdido en tu hechizo.
No hacía falta ni hablar,
era el alma que sabía bailar,
la sombra seguía nuestro ritmo.
Bailabas al son,
al ritmo del corazón,
tu cuerpo y el mío conectaban más allá del vacío.
Bailabas al son,
desatando la razón,
en cada giro nos perdíamos sin sentido.
de desatado.