Sefiros de lontananza le dan bienvenida al día, el alba luce fogosa, esnubosa, celosía,de las aves mañaneras se escucha la sinfonía y empieza un amanecer digno de la tierra mía.Sol radiante, espacio verde forman la policromía del majestuoso paisaje que enmarca la poesíapara que el cultor del verso la amase con hidalguía plasmando en cada expresión bellezade gran valía.En el caballo del verso voy a echar una travesía, del Arauca al Orinoco, del Meta hasta el Guachiría,del Pausto hasta el Cazanare, desde el Cravo hasta el Ucía, quiero abrazar por completotodita su geografía para hacer un paralelo con realidades sombrías de lo que es el llanode hoy y lo que antes se vivía.Llano viejo, cuánto añoro su tranquilidad perdida, sus costumbres intachables con suorgullo y su osadía, sus venerados varones cobijados por la hombría, esas mujeres hermosas,radiantes de simpatía, caminos, largos caminos devorando lejanías que llevaban al viajeroal lugar que pretendía sin quiebra patas ni broche, porque cerca no existía.El llano era un paraíso de nada allí se sufría, si no había carne en la vara abundabacacería, daba gusto ver sus cauces con bosques de galería, en esos grandes parrandos todoel mundo se divertía, el dueño de alto y el peón del mismo plato comían con el debidorespeto que cada quien merecía, hoy pensar que eso sea así es una gran utopía, mutilaronsus costumbres, mancillaron su hidalguía, por odios y por envidia unas conciencias podríasacabaron con lo nuestro por vileza y cobardía, volverá el llano a ser llano si el llaneroen él confía, que se respete el espacio donde uno nace y se cría, que se acaben las matanzas,que termine la sangría de las huestes en contienda por torpes ideologías que no dejan más que huérfanos,viudas y gente sufría, desolación y tristeza, humillación y porfía, que el criollo vuelva aextasiarse con sus grandes vaquerías, que en vez de olea sangre huela a palmas recién llovía,a pacíficas aromas y aires de filantropía y así haremos una patria que todos admiraría,que no quede en el olvido esta reflexión sentía, que mi Dios me los bendiga también la Virgen María.