Ayer te vi,
ibas de la mano, tenías pelo largo
y la de al lado no era yo.
Ayer te vi,
me sonreíste y dijiste ¿qué haces aquí?
Yo dije la mala suerte de coincidir,
que de todo el mundo tantas ciudades
aparecemos en la noche de Madrid.
Ayer me vi,
como pudo ser vivir así,
viviendo tus sueños, regándote el jardín.
Y sonreí,
porque no es la vida que elegí,
y lo que te quiero, lo olio menos,
y al menos siento
que no te perdí.
Nunca entendí
las razones que sobraron,
como dos enamorados que no ven su fin.
Nunca entendí los gritos silenciados
que nos tiraron boca abajo las ganas de vivir.
Ayer me vi,
como pudo ser vivir así,
viviendo tus sueños, regándote el jardín.
Y sonreí,
porque no es la vida que elegí,
y lo que te quiero,
lo olio menos,
y al menos,
solo al menos siento que no te perdí.
Siento que no te perdí.