¿Por qué no me voy a otro lado? Dije, ya sé cabron. Francia, puta madre. La ra ra ra ra ra ra ra ra ra ra ra ra ra ra ra. Picale, lata. Francia, es que Francia, es que Francia, de veras es otro mundo. Imaginate, Le Champs-Élysées. No conocen verdad, bueno, no le vale madre, cabrón. Mon madre, puta madre. Oh. Puta madre, es que es como otra cosa, cabrón. La ru de la pe. Y la puta en la re, porque siempre hay una pinche veja ahí. No, no, no, es otro mundo. Me cae de madre que es otro mundo. Estar ahí, estar ahí, ver el museo de Louvre. Que esos cabrones, yo no sé por qué hablan así. Los cabrones están tan cerca. El museo de Louvre, ya, ¿no? Le hacen mucho de pedo. De Louvre. Louvre. No mames, cabrón. A los 15 días ya no es así. Oh, oh, oh. Oh, oh. Se les atraviesan todas las flemas, horrible. Está como la pareja que se iban a ir a París y dice, ¿Sabes qué, mi amor? Si vamos a ir a París, ¿por qué no aprendemos algo de francés y así? Puta, todas las mañanas, ¿qué tal? Que yo te saludo. Mon amour, mon chéri, bonjour. Ay, güey. Como quiera que debes entusiasmar más que hablar. ¿Qué onda, mi vida? ¿Cómo estás? Estás en París, cabrón. Estás en otro mundo. ¿Qué chingados quieres desayunar? ¿Qué es que te va a dar de la petite déjeuner? ¡Puta! Pues la pareja esta se metieron a estudiar francés un año, un pinche curso intensivo, cabrón. Y todos los días se saludaban. Bonjour, mon amour. ¿Cómo se va? Ah, muy bien. Ah, muy pendejo los dos. Un día la señora salió tempranito, chinga, compró el Excelsior, que todavía llegaba ahí a París. Subió al cuarto, lo estaba leyendo, y le dijo, ¿Es que tú has echado el Mexican, el Jornal Mexican? Así le dijo, la pinche vieja. Le dijo, güey, ¿estaba usted ahí también? ¿Cómo te llamabas? ¿Alejandra? No. ¿Cómo? Elena, güey. Tú estás en todos los chistes, me cae. Le dijo, ajá, ¿qué es el Jornal Mexican, el Excelsior? Uh-huh. ¿Qué es que las hay? Y la pinche vieja, ¿eh? ¿Qué es que las hay? ¿Qué? Ay, mi amor, ahora sí no te entendí. Que qué es que las hay, pendeja. ¿Quién se murió, hija de tu pinche vieja? Qué bonito. Bueno, tal, cabrón. Dije, Francia, cabrón. Imagínate, Francia, otra. Hablar, c'est si bon. C'est petite sensation. Otra, ya estaba yo casi cogiendo el avión, cabrón. ¿Cuándo que me llevaron a la cárcel por degenerado? No, no es cierto. Es que la turbina estaba enorme.