Hoy me giré, me giré hasta darme la vuelta
y boca abajo pensé qué curiosa manera de dejar caer
todas las monedas del bolsillo de
mi chaqueta nueva.
Uh-uh,
uh-uh, uh-uh,
las hojas arriba quedé con los brazos cogando
las nubes bajo mis pies y la gente volando
parecía que
las hojas se obían de los árboles pero no caían.
Uh-uh,
uh-uh,
uh-uh, y las montas de tus pies,
las alas de mi pamela y mis zapatos de piel
el sombrero que tú llevas hoy atardece por el destén.
Puesta a girar decidí dar alguna vuelta,
investigué por ahí,
crucé de vuelta y metí a todo aquel que vi
cerrando la puerta y asustándose
de mi nueva mueca.
Uh-uh,
uh-uh, uh-uh,
vuelta como un calcetín temí que deshicieran cada costura de mí.
Al llevarlas por cuero me marché de allí
y me fui salgando por las lámparas
de los techos altos.
Uh-uh,
uh-uh,
uh-uh, y las montas de tus pies,
las alas de mi pamela y mis zapatos de piel,
el sombrero que tú llevas hoy atardece por el destén.