Buenas noches, mi señor. Ante ti un gran pejador.
Soy un ser abominable, un cantautor insoportable. Y es que nunca sentí amor por otro que no
fuera yo. Y hoy acudo a ti pa' sablearte un poco de piedad.
Mi parábola, señor, me hace digno de tu amor. Mil pecados cometí y de ninguno me arrepentí.
Me junté con la pomada de los hombres poderosos. Me alejé de tu manada de corderos temerosos.
Y voy a por ti.
Ey, hijo mío, escúchame bien.
Aleluya.
Porque todavía te quedas cerca.
Aleluya.
Serás un penitente.
Aleluya.
Que has sido muy prudente.
Aleluya.
Sentirás la miva veo.
¿Por qué me has clavado la creu?
¿Y quién ha sembrado la llavor?
Para condenarte.
Tienes todavía mucho que hacer.
¿Qué te pasa, mi señor?
Aleluya.
Hay que hurgar en mis entrañas.
Aleluya.
Penitencia y condolor.
Aleluya.
De esas sí que tengo ganas.
Aleluya.
Estigmatizarme el ombligo. Arrancarme las uñas en vivo.
Soportar al puto Maluma.
Ya tú sabes, brother.
Todo el domingo.
No quiero cremencia.
Me la suda la indulgencia.
Yo reclamo tu apariencia.
Se me acaba la paciencia.
Aleluya.
Aleluya.
Aleluya.
Aleluya.
Aleluya.
Aleluya.
Aleluya.
Yo reclamo tu apariencia.
Se me acaba la paciencia.
Se me acaba la paciencia.