Oye ensilla este poema para ver con qué resulto, si Corcovea no interesa pues yo todavía me ajusto,
tiene que salir muy bueno según sus atributos, cuando lo tenga Cosario, Ballano, Mebarajusto.
Quiero en la sauna rebol de colores impolutos, de nuevo escuchar el canto de Arrendajo y Guarracuco,
la sinfonía del Carrao, la melodía del Aruco, el bullicio de los micos jugueteando en los arbustos,
y admirar ese horizonte digno de brindarle culo.
Llegué por aquí de Elvichada vivo a la costa del Muco,
tengo humildemente un rancho de palma real y vejuco,
un pesquero generoso pegado al patio en Conuco,
patata, yuca, maíz y hasta tabena produzco,
a unas vaquitas mansitas le saco el santo producto,
y con Maduro hago un majule que hasta los dedos me chupo,
la carne me la levanto con un perro viejo tuto,
y una escopeta viejita que no pela donde apunto,
con orejas de caldero le recalzo los cartuchos,
y en donde pongo la vista queda montonado el bulto,
sea danta, venao o tigre, el capachazo lo esnuco,
y vieja es una mulata más alta que un cucurucho,
la nariz como un topocho y más dientes que un serrucho,
para darle un beso me toca ponerla decir Cuchuco,
no crean que porque es grandosa de su tamaño me asusto,
porque yo lo que no alcanzo a comerme me lo hundo,
ahí vivimos sin chaploja, boca a veces es un disgusto,
pero al hallar la desnuda resolvemos los asuntos,
sé que con la piel descalza más ligero la ejecuto,
tenemos cinco muchachos bien empostados y robustos,
criados con pescado y cachicamo, y nunca los ven hipuchos,
como son criollos no saben de compota o mameluco,
solo saben de franela, de cotiza y de guayuco,
a la doña todos los años un muchacho le introduzco,
y ella dice que ni rabia da lo que se hace con gusto,
el campo es felicidad, de nada allí me preocupo,
un caño de aguas claritas señores es mi acueducto,
mi nevera una tinaja en un orquete caruto,
y el reloj la madrugada el canto de un pataruco,
tengo un güey viejo pintado que lo llamamos pintuco,
mi yate es una canoa de un tronco de camoruco,
un pilón grande de aceite que es donde el maíz machuco,
y dos buenos silloneros, uno saino y otro rusio,
que más le pido a la vida si en el llano vivo a gusto,
orino donde me plazca y si es derrutar,
eruto y nadie me dice na porque estoy en mi reducto,
el baño es la topochera cuando quiera me acurruco,
con una brisa fresquita de todos los cuatro puntos,
que se lleva en el instante esos olores malucos,
al llano nunca lo vendo, ni lo fío ni lo permuto,
pa que me saquen de aquí pienso que es muy dificulto,
caracha eso es más jodido que un ciego en pillame un pulpo,
llanero no venda el llano,
paisano no sea tan bruto,
el que vende busca el pueblo tan solo a llevar el bulto,
a pasar necesidades, humillaciones,
a pasar necesidades, humillaciones e insultos,
el que vende le está abriendo las puertas a los corruptos,
imponen sus artimañas, sus fechorías y sus trucos,
siéntanse privilegiados de un paraíso absoluto,
así como yo lo siento, lo defiendo y lo disfruto,
que uno en su patio es un rey aunque ande sin un churupo,
si en este ya no nací aquí será mi sepulcro,
por eso a este paraíso le brindo tantos tributos.