Vamos con los pasadores.
Que se durmió, que se durmió, pero si notas que por algo se desvela.
En la mesita te he dejado esa novela, es del bañero de esa que le gusta a él.
Tú le le, tú le le.
Hoy con el café me vino a contar la cosita suya cuando la guerra.
Luego lo bañé y cuando lo eché en la colonia esa que lleva puertas.
De cómo se llama, siempre lo recuerda, pero qué le vamos a hacer.
Me mira sin saber mi propio nombre.
Y yo sé, cruda enfermedad, que viene a convertir en ingalombre.
Escucha, hermano, que esta noche es todo tuyo.
Que no descaigan las fuerzas, hay que agarrarse a los huevos.
Aprieta los dientes de nuestra bendita mano, dependiente es nuestro padre.
Tú piensa tan solo que si eres tú quien está en la cama.
Él te entregaba toda su sangre, toda su sangre.