Ya no soy el que antes era que lo pasaba penando.
¿Por qué, muchacha?
Ahora escucho una chacarera y me prendo tarareando.
¡Dime!
¡Póngale nomás de una cosa!
¡Tarareando! ¡Tarareando! Voy camino de mi casa
mientras voy disimulando todo lo que a mí me pasa.
¡Ese es tarareo, Doña Rosa!
Cuando voy de tardecita los domingos a pasear
siempre llevo la esperanza de que me puedan amar.
Muchas veces he querido hasta una moza llegar
pero me falta coraje y ya no la puedo hablar.
¡Tarareando chacarera! ¡Tarareando sin cesar!
Mi pena se iría olvidando para aliviar mi pesar.
Ya lo puede ir recordando todo el que sufra un tormento.
¡Tarareando! ¡Tarareando! Se echan las penas al viento.
¡Se va la segunda!
¡Póngale ya a prepararse esa tapa!
¡Tarareando! ¡Tarareando! ¡Tarareando!
Tengo un vicio, no lo niego, que me tiene dominado.
No es el vino ni es el fuego, es mi canto tarareando.
¡Otra más pa' chupar vino! ¡Échale a los vasos!
Al oír en la guitarra el gemido de un cordoneo
un deseo se hace garra y yo entro en un tarareo.
Cuando canto de este modo mi dolor es agua a un lado
y me olvido yo de todo con mi canto tarareando.
¡Tarareando chacarera! ¡Tarareando sin cesar!
Mis penas sigo olvidando para aliviar mi pesar.