Está la Orquesta de Cuerdas de la Sinfónica de Guatemala con nosotros,
muy agradecido por estar acá, fantástico, bienvenidos.
Está la banda que me acompañó siempre también, Jonathan está ahí arriba,
Giovanni está medio escondido allá, no cabías en este asunto.
Estamos todos, Tony, ¿cómo anda maestro?
Maestro, está Malín, que ya vamos a hablar de Malín en un ratito también,
está Susi, viniste, como que ya no querías venir conmigo, pero te animaste ahora, sí, sí, sí.
¿Con qué seguimos? ¿Seguimos con esta canción?
Esta es otra de las que escogí yo, Tony, porque viste que nunca la canté esta
y me la pidieron un montón de veces, es más, insistieron mucho que para este concierto
la tenía que hacer, entonces vamos a hacerla, porque además me gusta,
vamos a hacerla.
Vamos a hacer estas dos.
Vamos a hacer dos seguiditas sin parar, ¿te parece?
Vamos, venga, venga loco.
Vamos, venga, venga loco.
Vamos, venga, venga loco.
A la medida, estamos hechos a la medida, a la medida, con mudos aguas del mismo río,
a la medida, a la medida tú y yo, a la medida.
Venga.
A la medida de tus complejos están los míos para entenderse.
Tú tienes alas que vuelan poco, yo tengo sueños que no aterrizan.
A la medida de tus secretos es mi silencio para conservarlos.
A la medida de tus secretos es mi silencio para conservarlos.
está en mis brazos para abrazarla, a la medida de mi pasado, es tu presente para olvidarlo.
A la medida, estamos hechos a la medida, a la medida, como dos aguas del mismo río.
A la medida, a la medida, tú y yo, a la medida, a la medida, tú y yo, a la medida.
A la medida.
A la medida.