Desde
el día en que te vi ya no me puedo dormir
sin cruzarnos la mirada.
El café en la habitación,
los dos en ropa interior,
entra el sol por la ventana.
Si tú te vas,
yo me voy de aquí.
Si tú no estás, ya no soy feliz.
Y nos volvemos a escapar,
como dos locos que se mueren por vivir.
Y no paramos de cantar por carretera sin saber ni a dónde ir.
No sé a dónde ir y seguirás siendo mi hogar,
aunque esté a mil kilómetros de ti.
Otro viaje para huir de lo que algún día fui,
en tu piel agua salada.
Un disparo al corazón en mitad del apagón,
cuando nadie lo esperaba.
Si tú te vas,
yo me voy de aquí.
Si tú no estás, ya no soy feliz.
Y nos volvemos a escapar,
como dos locos que se mueren por vivir.
Y no paramos de cantar por carretera sin saber ni a dónde ir.
No sé a dónde ir y seguirás siendo mi hogar,
aunque esté a mil kilómetros de ti.
Y nos volvemos a escapar,
como dos locos que se mueren por vivir.
Y no paramos de cantar por carretera sin saber ni a dónde ir.
No sé a dónde
ir y seguirás siendo mi hogar,
aunque esté a mil kilómetros de ti.